jueves, 3 de abril de 2014

El amor tiene fecha de caducidad.

“No el amor verdadero”, me he dicho a mí misma... Pero, en realidad, ¿existe el amor verdadero? ¿Qué es al amor verdadero?

“Creo en la vida eterna”, me he vuelto a decir a mí misma... Por tanto, ¿no debería creer también en el amor eterno? He creído siempre, desde que era una inocente jovencita que soñaba con su príncipe azul, solo para estrellarme una y otra vez contra la realidad, para ver cómo los sueños se rompen uno tras otro, porque lo cierto es que el amor no dura para siempre...

Quizá el problema es que estoy mezclando el amor humano con el Amor con mayúsculas, y así solo cabe la decepción, porque los seres humanos nos vemos obligados a vivir por un tiempo más o menos largo en un mundo finito, donde nos acostumbramos a ver cómo todo lo material nace y muere, nace y muere... y el amor no iba a ser menos. Especialmente cuando se mezcla con hormonas, atracción física, y una serie de emociones exclusivas humanas como son la necesidad de afecto,  la comprensión, el apoyo mutuo... pero también los celos, los deseos de independencia, el querer compartir tu vida con otra persona pero no con toda su familia... qué os voy a contar. Pero al final, como con muchas otras cosas, hay que mirarlo desde otra perspectiva. Mientras somos humanos viviendo en cuerpos humanos, no nos damos cuenta de que todas las experiencias están ahí por algo. Cuando se acaba, se acaba... igual que una vuelta en la montaña rusa. Has pasado vértigo, miedo, te has querido bajar, pero en el fondo, has disfrutado. Y puede que pase un tiempo antes de que te vuelvas a subir, pero lo volverás a hacer. Igual que la vida.


Lo bueno es que nada se acaba, aunque nos lo parezca. El amor y el odio son emociones humanas, y aunque ahora parezca complicado, un día cuando miremos atrás recordaremos solo los buenos momentos, y quizá esperaremos reencontrarnos en un futuro lejano, muy lejano... Los amigos van y vienen, los amantes van y vienen, y los enemigos también. Y lo mejor es que fuera de esta ilusión terrestre, el Amor con mayúsculas es el que prevalece, y ahí fuera nos da igual (o al menos tiene menos importancia) lo mal que lo hayamos pasado. Estoy segura de que todo tiene un porqué, de que nuestros ojos humanos nos engañan continuamente, y de que algún día lo comprenderé.

O, tal vez, solo estoy tratando de consolarme a mí misma. Porque, pensándolo bien, ahora mismo estoy jodida. Aunque posiblemente no por las razones que serían de esperar. En todo caso, pasará. Esta vez no me va a llevar más de doscientos años, lo prometo.

1 comentario:

  1. En mi última entrada en LetraHeridos también hablé un poco del amor y el ¿inevitable? desamor: casualidades o causalidades de la vida. A veces pienso que el amor es un cajón de sastre donde misturamos reacciones químicas, sentimientos, necesidades, temores, magnetismos, altruismos, egoísmos y una pizca de odio, bien hacia el prójimo, bien hacia nosotros mismos. Supongo que el problema es que los humanos no podemos acceder al Amor, tan solo nos aproximamos tímidamente a él, con los ojos cubiertos por el velo de Maya, como en todo lo demás...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...