Mostrando entradas con la etiqueta Escritor desesperado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Escritor desesperado. Mostrar todas las entradas

jueves, 18 de febrero de 2016

¿Los autores debemos trabajar gratis?

Estaba imaginando en mi mente cómo continuar con mi historia El Ángel de la Muerte, y cayendo en la apatía después de un largo día trabajando en otro proyecto que en teoría debería darme algo de dinero, cuando este artículo de El Mundo llegó a mí en una red social. Me dije a mí misma: qué razón tiene, si es que es así... La cultura está agonizando. La creatividad no es un buen negocio. Internet te da visibilidad (si acaso) pero nada más. Por alguna razón los que consumen música, libros, diseño... ya no dan valor a esos productos, no son conscientes del inmenso esfuerzo que hay detrás de esas creaciones, o si lo son, les importa un comino. Creen que todo ello debe ser gratis. Que están en su derecho de poder descargarse todo de la red de manera gratuita, aunque luego lo dejen olvidado en un rincón. 

En otro de mis blogs estoy haciendo una encuesta. Publiqué un libro en papel y quería ver si me merecía la pena publicarlo también en formato electrónico. Pregunté qué precio estaría dispuesto a pagar el lector por él, teniendo en cuenta que la temática es muy específica y supuestamente el que busca un libro así es porque está de verdad interesado en ello. De momento la mayoría ha contestado que no pagaría más de 2 euros. ¡2 EUROS! Entonces es cuando pienso en los dos largos años que me llevó escribir ese libro y su homónimo en inglés, que también lo traduje yo. He de decir que se trata de un libro totalmente inédito y fruto de mi experiencia personal, no es un refrito como muchos de los artículos, blogs y libros de baja calidad que pueblan internet. Eso sin mencionar el largo trabajo de investigación e implicación personal que hay detrás de él. También pienso en el esfuerzo que me llevó aprender yo misma a hacer una portada más que decente para el libro, como las que el lector puede ver en esta misma página, las de mis novelas. Y en las horas que debo invertir publicitándolo, sin que haya notado ninguna diferencia en mis escasas ganancias. Es cuando me doy cuenta de lo poco que la gente valora la cultura y el conocimiento.


Para aquellos que no lo sepan, que supongo que son la mayoría, 2 euros es lo que debería costar leer UNO o menos de estos párrafos (en concreto, 40 palabras de cada párrafo). Si los redactores cobrasen precios decentes por sus artículos, yo no debería cobrar menos de 50 euros por ESTA ENTRADA DE BLOG (un artículo de unas 1000 palabras con foto). Así que imaginaros lo que debería cobrar por un libro de 500 páginas que me costó más de dos años escribir.

Sin embargo, parece que eso no es lo que percibe la mayoría de la población, que ya no da ningún valor a lo que hacemos los autores. No sé si me alegra o me hunde más en la miseria comprobar que el problema no es solo de los autores, sino de los creadores en general: músicos, pintores, artesanos... artistas que por lo visto no tenemos derecho a ganarnos la vida haciendo lo que mejor sabemos hacer. Parece que esto de escribir se ha convertido en un pasatiempo al que cualquiera se puede dedicar. Y por ello todo el mundo se puede dedicar a subir obras mal terminadas a plataformas como Amazon poniendo precios irrisorios, porque claro, si somos autores desconocidos o noveles, nadie va a comprar nuestros libros si los ponemos más caros. Y si queremos que nos conozcan, es mejor regalar el fruto de nuestro esfuerzo. Malgastamos nuestro tiempo REGALANDO nuestro trabajo en blogs y redes sociales, porque así nos damos a conocer... o eso nos han contado.  

¿Pues sabéis qué? ESO ES MENTIRA. Como bien dice Juan María Rodríguez en su artículo:

«Mucha web, mucho twitter, mucho facebook.... Pero contratos, ni uno». Todas las conversaciones que tengo con gente del negocio cultural acaban siempre en lo mismo. [...]
He hablado con unos chavales que tienen un negocio cultural sobre ruedas del que no para de hablarse en las redes sociales. Llevarán un año y aún no han visto ni un euro. Los plazos aprietan. Se resquebrajan las ambiciones. El voluntarismo flaquea. Alguna vez han conseguido que les paguen la gasolina, cuando manejan equipos que, por muy de pobres, cuestan miles de euros.
Así no hay manera. Si el dinero no fluye en todas direcciones, nadie saldrá vivo de ésta. Si nadie paga el concierto, el vídeo, la foto, el poema, la cosa, nadie podrá vivir de esto jamás. Hay que mandar la 'visibilidad' al reino de las tinieblas porque yo conozco a ningún frutero que intercambie tomates por visibilidad. No os engañéis, compañeros: creer que haciéndolo gratis os generará algún beneficio futuro es una trampa mortal. Creer que generar miles de likes es todo un éxito solo satisface una pueril vanidad digital.

Llevo tiempo sospechando que eso de "usar las redes sociales para promocionarte" no sirve absolutamente para nada. Bueno, sí, sirve para perder el tiempo. Pero nadie te va a compensar por tu esfuerzo. Nadie te va a dejar ni un mísero euro de donación, al menos aquí jamás nadie lo ha hecho. ¿Y los anuncios? ¿Creéis que se gana dinero con los anuncios de un blog? Sí, quizá si tienes veinte millones de visitas al mes y un gran porcentaje de los visitantes hace clic en el anuncio. Los demás, no vemos ni un euro. Lo mismo con los programas de afiliados. Aun si vendiera uno de esos libros que están en Amazon, ¿sabéis cuánto ganaría? Ni 3 euros por unidad, en papel. Si es en formato electrónico, echad las cuentas, porque si lo pongo a menos de 2 euros, ya me contaréis. Pero no importa, porque ya me he dado cuenta que escribir libros es como cultivar tomates o tener una ganadería lechera. Tú haces todo el esfuerzo pero eres el que menos gana. Algunos ni te dan las gracias en forma de comentario. Y cualquier día cerraré el chiringuito porque evidentemente me moriré de hambre bajo un puente. Lo peor es que eso ocurriría de todas formas aunque me hicieran un contrato de los actuales, tal y como está el mundo laboral. Pero eso es tema para otra entrada.

La verdad es que no sé adónde vamos a llegar. Sí, podéis decir que a mí nadie me pone una pistola en la cabeza para que tenga mi propio blog y me ponga a escribir gratis mis propias historias originales, aunque a este paso acabaré poniéndomela yo misma y apretando el gatillo. Tampoco es que esperara hacerme rica siendo escritora o veterinaria. Solo os pido un poco de por favor...

Entradas relacionadas:
Ser escritor es vocacional.

miércoles, 11 de febrero de 2015

El salto a... ¿la nada?

Bueno... espero que no. Resulta que después de un tiempo pensándomelo, he decidido hacerme redactora profesional y empezar POR FIN a cobrar por lo que escribo. No, no os asustéis, de momento este blog seguirá siendo gratuito (aunque no puedo prometer nada y no lo prometo), porque lo escribo por placer y para desahogarme. Pero viendo que en general los autores pecamos de tontos, no parece que tengamos intención de cambiar ni de unirnos para colaborar juntos, y por otro lado, cualquier día me veo obligada a pernoctar debajo de un puente, pues creo que ha llegado mi hora de dar el gran salto.

Estoy trabajando en ello. Mientras... como estaba aquí esperando algún encargo y las yemas de mis dedos comenzaban a añorar el tacto de las teclas, se me ha ocurrido escribir este post, que puede que sirva como una pequeña declaración de intenciones y para no echarme atrás si mañana me levanto con síntomas de arrepentimiento.

El caso es que estaba buscando citas con gancho para mi nuevo blog profesional (no os digo qué número hace en mi lista, pero quizá deberían declarar la “bloguitis” como nueva enfermedad mental), y encontré varias que me recordaron la razón por la que soy escritora: no puedo evitarlo. Creo que venía en mis genes. Bueno, no, que venía en mi alma, pues no es la primera vez que intento vivir de esto y muero en el intento.

Se me ocurrió publicar aquí esas citas y añadir algunos comentarios de mi cosecha:

“La escritura no es producto de la magia, sino de la perseverancia”.

Richard North Patterson.

Creo que el consejo más valioso que he recibido alguna vez para ser escritora es “Escribe, escribe, escribe”. Da igual si tienes ganas o no. Da igual si te sientes inspirado o no. Escribe. O, en su defecto, lee, aunque sea un diccionario o el paquete de los cereales. Lee y escribe. Yo creo que por poco no nací escribiendo. A los doce años comencé a escribir mi diario personal, y ya no pude parar... hasta hoy. De hecho, igual que le pasa a un amigo mío también escritor, voy necesitando un ordenador que lea mis pensamientos para poder ir más rápido y poder transmitir todo lo que me gustaría decir. Voy tirando con todos mis blogs, varios foros, un diario personal para cada temática, y unos cuantos proyectos literarios... ¡pero nunca es suficiente! Todavía no me he acostumbrado a contar las palabras que escribo al día, pero si lo hiciera seguramente me caería de espaldas.

“Para mí, escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia”.

Paul Auster.

Por fortuna hace un tiempo que me siento realmente viva, pero hubo un tiempo en el que necesitaba escribir igual que el aire que respiro. Tengo la mala costumbre de funcionar como una olla a presión, voy acumulando vapor hasta que exploto. Escribir es la válvula por la que dejo escapar un poco de ese vapor antes de que sea demasiado tarde. Aunque a veces exploto igual. Cuando eso ha ocurrido, he escrito los mejores pasajes de mis novelas, así que tal vez no sea tan mala costumbre. Al final hay que aprender a sacar provecho de cualquier circunstancia.


 “A lo mejor escribir no sea más que una de las formas de organizar la locura”.

Isidoro Blaisten.

Y este blog es la prueba. Suelo decir que los que parecemos locos somos en realidad los que menos locos estamos, pero quizá solo estamos menos locos porque escribimos. ¿Qué es la locura después de todo? ¿Es un estado mental permanente o transitorio? ¿Es el estado mental de las personas que se niegan a aceptar las costumbres, normas sociales y actitudes de aquellos que pretenden normalizarlo todo? Me voy a hacer la loca y no voy a responder a ninguna de estas preguntas... al menos no hoy, que tengo que ir hacerme la merienda.

“No hay leyes para escribir una novela. Nunca hubo ni habrá”.

Doris Lessing.

Leer esto me produjo un gran placer. No lo suelo decir mucho en público para pasar desapercibida (y porque así no interfiero en las ganancias de los que pretenden enseñarnos algo a los autores, al menos a los que ya sabemos escribir), pero eso es justamente lo que pienso. Y por mí no habría leyes para nada. Pero somos humanos y aún las necesitamos, por desgracia. Ahora, para ser escritor de verdad, estoy convencida de que solo necesitas escribir bien, que dicho sea de paso, no, no es nada fácil. Si es necesario, monto una revolución para extender esta idea. Pero me temo que tampoco será hoy.

“Sé tú mismo cuando escribes. Destacarás como una persona real entre robots”.

William Zinsser.

Por supuesto, esto es consecuencia de lo anterior, o sea, que la existencia de leyes hace que los escritores parezcamos robots y encima apenas nos paguen por escribir. La revolución hay que dirigirla a aquellos que pretenden hacer de los escritores una máquina de hacer dinero que publica siempre los mismos libros. Así se fabrican los best sellers, para los que no lo sepan. Lo malo es que luego hay gente que piensa que porque un libro es un best seller significa que es bueno, como una mujer que vi el otro día en la tele hablando sobre 50 sombras de Grey. A quién vamos a engañar, está claro que es una revolución perdida, porque en el fondo a muchos de nosotros nos gustaría hacernos ricos escribiendo. ¡Despertad, escritores! O seguid siendo robots, vosotros mismos...

“Escribir es una forma sofisticada de silencio”.

Alessandro Baricco.

Sí, esto me pega. A veces ni yo misma recuerdo el sonido de mi voz. Eso sí, en mi cabeza los diálogos son infinitos y alguno de ellos llegan a ser traspasados al papel, pero esos son los menos. Es una pena, porque el mundo se está perdiendo unos discursos que no tienen precio. Soy una autora muy, pero que muy sofisticada. Hace unos años que vengo diciendo que me cansé de ser tan callada. En realidad ahora sigo siendo igual de callada, pero solo porque ya hablo mucho a través de la palabra escrita. Las ganas de gritar son más o menos las mismas ahora que hace setenta años.

viernes, 21 de marzo de 2014

Publicando en Amazon (2).

Como prometí, aquí están las fotos de mi primera novela, "La Operación Fantasma", con la portada nueva y definitiva (al menos mientras no se haga una nueva edición). He de decir que me ha quedado realmente espectacular, las fotos no le hacen justicia...

¡Ya me siento realizada como escritora!






sábado, 1 de marzo de 2014

Publicando en Amazon.

O, lo que es lo mismo, autopublicándonos, que es casi la única alternativa que nos queda a los autores noveles para ver nuestro libro impreso (la otra alternativa es tirarnos por un precipicio, pero eso no va a solucionar nada, podéis creerme).

Los seguidores habituales del blog habréis notado cómo ahora sigo estando desesperada, pero al menos ya tengo mis novelas publicadas, lo que da una gran satisfacción personal, aunque dinero, no mucho... al menos de momento. Dicen que es cuestión de paciencia... y moverte un poco, porque si no publicitas, no haces contactos, no haces... algo, poco vas a vender. Aunque, yo, con mi habitual visión pesimista de la vida, he de decir que dudo mucho que moverse sirva para algo, viendo lo que he visto en algunas redes sociales y en el propio foro de Amazon para escritores desesperados, donde pocos hay que digan “¡Qué pelotazo ha sido publicar en Amazon!” Pero bueno, al menos nos ha salido gratis (o casi), y no hemos tenido que aceptar las irrisorias (irrisorias por no ponerte a llorar) ofertas que hacen algunas editoriales a los que estamos empezando.

En realidad, llevo con ganas de despotricar sobre las editoriales desde que abrí el blog, pero como entonces no tenía muy claro qué iba a pasar y aún tenía la remota esperanza de que alguna editorial se interesaría por mi magnífica obra, me parecía un poco como cavar mi propia tumba... o mejor, morder la mano del que me iba a dar de comer. Ahora, francamente, ya me da igual. He decidido retomar mi espíritu rebelde (lo cierto es que no lo perdí nunca... si acaso se hace más fuerte con los años) y despotricar contra quien haga falta. Después de todo parece que el rollito Risto Mejide suele tener éxito en la televisión, a pesar de que a mí ese tipo no me termina de caer nada bien, sea o no un personaje que se ha montado. Como muchas otras cosas en la vida, parece que todo se reduce a estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado... y con los padrinos adecuados. Aunque... si he de ser sincera, a mí me da igual llegar a diez lectores o llegar a diez millones. Ya sé que no me voy a hacer rica con esto, o al menos, la probabilidad de hacerme rica escribiendo es la misma que la probabilidad de que me toque la lotería o la de encontrar un trabajo decente en España en estos momentos. Con que esos diez lectores disfruten leyendo lo que escribo, me es suficiente. Y la independencia tiene un precio, además de ser algo solitaria...


Pero no quería ponerme muy negativa hoy, que ya llevo negatividad suficiente en mis entrañas como para construirme mi propio infierno. Hoy solo quería contar cómo ha sido el proceso de publicar mis novelas y animar a todos los escritores desesperados que caigan por aquí a hacer lo mismo con sus obras. Primero, porque aprendes y creces un montón como escritor durante el proceso, si lo haces bien y con responsabilidad. Y segundo, porque el resultado merece mucho la pena, consigas venderlo o no.

Todo empezó cuando, visto el entusiasmo desmedido que habían mostrado la veintena de editoriales a las que había enviado mis manuscritos, decidí tirarme a la piscina y hacerlo yo misma. Yo misma de verdad... porque antes de considerar esta opción, tienes la de engañabobos de las susodichas editoriales que te hacen una estupenda oferta de “autopublicación” que consiste nada más y nada menos en gastarte medio sueldo (bueno, casi un sueldo ahora que cada vez ganamos menos) en editar los libros que quieras para que luego te los envíen en una bonita caja de cartón y te los comas todos con patatas. Para ello intentan aprovecharse de tu desmesurada ilusión por ver tu libro publicado, porque ellos piensan que ésa es la ilusión de todo escritor... cuando no, señores editores: la ilusión de todo escritor es ganarse la vida escribiendo. Esto, llevo comprobado ya en varias vidas, es solo un sueño utópico que muy pocos alcanzan (me imagino que hay un calvo como el de la lotería que te va tocando con una varita mágica y operando el milagro)... pero bueno, por intentarlo que no quede. Eso sí, yo recomendaría que te andes ojo avizor y que no se te ocurra doblar las rodillas ante ese tipo de ofertas, solo porque “tu ilusión es ver tu libro publicado”.   

Así que, al final solo te queda hacerlo tú mismo. He de decir que no es tremendamente fácil, pero sí que es más fácil que escribir una novela de quinientas páginas, eso está claro. Y, aunque con sus luces y sus sombras, hay que reconocer que la plataforma de Amazon CreateSpace (y supongo que habrá más, si no ahora, ya surgirán en el futuro) nos lo pone bastante fácil si nunca has creado tu propia portada o nunca has formateado tu propio libro. No voy a poner las páginas que yo utilicé como base, con un montón de consejos útiles, porque con una sencilla búsqueda en internet podéis encontrar toneladas de información... y además luego me di cuenta de que en el propio CreateSpace ya tenía todo lo que necesitaba (o casi). Así que adelante, solo tenéis que abriros una cuenta y empezar... siempre que tengáis el libro bien acabado, corregido y releído al menos doscientas veces, y unas cuantas más por lectores invitados como un hermano o un amigo que se haya presentado voluntario (cualquiera sirve siempre que no le importe poner tu libro a caer de un burro, preferimos la sinceridad a que no digan lo que piensan por no quedar mal). Vale, esto depende del nivel de perfeccionismo de cada uno, y yo soy muy perfeccionista. Además siempre se me dio bien la redacción y la ortografía... recuerdo que cuando era niña me dijeron que escribía oraciones muy largas, eso fue lo peor que me dijeron. Y a veces lo sigo haciendo, solo por llevar la contraria... aunque luego cuando lo reviso al final claudico y sustituyo comas por puntos, porque reconozco que a veces se hace difícil seguir el hilo. Se me olvidaba que también es conveniente que tu libro esté inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual que más cercano te quede de casa... porque siempre puede ocurrir que no te hayas dado cuenta del enorme potencial de lo que has escrito y que algún caradura se lo quiera atribuir como propio, con el sudor y las lágrimas que te ha costado sacar todo eso de dentro.

Ah, no he dicho que antes de llegar a CreateSpace, mi idea era publicar las novelas solo en formato electrónico. De hecho, ni siquiera había pensado en Amazon. La idea era subirlo de alguna forma a mi blog para que los lectores pudieran adquirirlo por un módico precio. Esto exigía hacer determinados arreglos informáticos que no controlaba bien... y eso de “subirlo” a la red no me daba muy buenas garantías en cuanto a la piratería. Pero cuando empecé a investigar, encontré lo de los libros electrónicos de Amazon, y más adelante a una autora de novela romántica que hablaba muy bien de CreateSpace... y por otra parte, yo siempre he pensado que muchos lectores siguen prefiriendo el libro en papel, mi ilusión era tener el libro en mis manos, no un archivo pdf, que para eso ya tengo el mío (y mucho más bonito), y además, al estar disponible en dos formatos, tendría más posibilidades de darle salida. Leí que era algo más complicado... pero no, la verdad es que cualquiera puede hacerlo, aunque al principio te suponga unos pocos quebraderos de cabeza. Así que al final decidí probar.


Básicamente, lo primero que tienes que hacer es elegir el tamaño del libro y el acabado de la portada. Luego subes el interior y ellos te lo corrigen casi al momento. Puedes descargarte unas plantillas en función del tamaño y ahí copias tu texto. Y si quieres puedes añadir algunos adornos básicos a poco que sepas del Word. Cuanto más básicos mejor, sobre todo si quieres publicarlo luego en ebook, porque ahí todos esos adornos solo te van a molestar y tendrás que quitarlos. Pero bueno, para mí lo más importante era el libro impreso, así que no me compliqué mucho pero al menos le puse unas fuentes chulas. Y a pesar de lo perfeccionista que soy, me tocó corregir algunas erratas y volverlo a enviar unas cuantas veces, así que el resultado final depende solo de lo precipitado/descuidado/vago que seas y de tu nivel de exigencia. Yo esto lo cuidaría mucho porque por algo queremos que nos consideren profesionales, y porque pienso que la calidad de los libros autopublicados es fundamental a la hora de que los lectores los valoren o no, pero bueno, esto escapa a mi control, así que cada uno actúe como crea conveniente.

El diseño de la portada es sin duda lo más complicado. Si no te gusta nada el diseño o eres muy torpe manejando programas informáticos tipo Photoshop o GIMP, es mejor que se lo encargues a alguien. Yo me descargué el GIMP y me busqué la vida, así directamente. Las primeras portadas que hice fueron siguiendo las indicaciones de alguien en su blog para libros en formato electrónico... pero básicamente me sirvieron para lo que pedían luego en CreateSpace. Durante el transcurso de una semana estuve probando y probando, averiguando cómo se utilizaba el programa, porque nunca antes había utilizado nada similar. Me busqué unas fotos acordes con el contenido de la novela, y conseguí acabar varias portadas. Como poco a poco mi técnica iba mejorando, y además caí en la cuenta de que no podía utilizar cualquier foto, sino solo aquellas sin copyright, a no ser que consiguiera el permiso del autor, tuve que cambiarlas varias veces. Pero creo que al final el resultado ha merecido la pena. Para alguien que nunca había hecho portadas antes, no están mal, ¿no? Aunque, claro, también es cierto que poseo un sentido artístico innato que muchos quisieran para sí... (es broma).

Una vez que los de CreateSpace dan su visto bueno, que es todo bastante rápido, tienes que volver a revisarlo online, y si quieres, pedir una prueba impresa por si hay algún error que se te haya pasado desapercibido... y sí, por muy bien que creas que lo hayas hecho, siempre hay alguno. Esto es lo que más tiempo lleva. Tanto que mientras esperaba a recibir el libro (me pilló en medio de las fiestas navideñas y por eso se retrasó un poco más), aproveché para publicarlo en formato electrónico, que ya no tiene nada que ver, porque es mucho más fácil y rápido. La portada te sirve igual, y en el interior solo tienes que eliminar todos los adornos innecesarios... aunque ellos mismos lo adaptan y tal vez no tengas ni que tocarlo. ¡Y ya está! Ahora a esperar que alguien se interese... el marketing es aburrido y no voy a aprender nunca, así que de eso no voy a decir nada.


La emoción al recibir el libro por fin impreso es indescriptible... Cuando recibí mi primera prueba de “La Operación Fantasma”, el tamaño de la letra me pareció un poco pequeño... y como por ese entonces había recibido respuesta de un ilustrador diciendo que podía utilizar su dibujo sin problemas (se había retrasado un poco y por eso había enviado esa otra portada), decidí cambiarlo todo otra vez: agrandé el tamaño de la letra, y le puse una nueva espectacular portada... Aún no sé cómo habrá quedado, pero estoy segura de que cuando la vea se me van a caer las... bueno, algo se me va a caer. Mientras, esto es lo que podéis ver: miradlo bien porque puede que dentro de veinte años sea un preciado tesoro de coleccionista y alcance un precio desorbitado en ebay, ya que va a ser el único ejemplar existente de “La Operación Fantasma” con una portada alternativa.



Y, a pesar de ser la segunda novela, recibir “La Espiral de Marfil” fue aún más emocionante. Como ya me sabía lo de la letra, la puse con el tamaño adecuado desde el principio, y la portada parece aún más profesional... estoy realmente orgullosa del resultado:




Y esto es todo... Estoy deseando firmar ejemplares en la próxima Feria del Libro, así que si no me patrocina nadie, no sé, a lo mejor me monto mi propio puestecillo de estrangis y aguanto hasta que la poli me eche... Eso sí, tendréis que encargarme antes los libros o traeros el vuestro propio para que yo os lo dedique.

Y si hay algún escritor desesperado por ahí que quiera contratarme para hacer su portada o corregir su manuscrito, que me deje su dirección de correo electrónico y quizá podamos llegar a un acuerdo. No soy el equipo A pero soy casi igual de multifacética...

Los que quieran leer mis novelas, las tenéis aquí.

Y si queréis echar una mano a un grupo de Indies desesperados, visitad LetraHeridos y leed (y comentad en Amazon) alguna novela. ¡Os lo agradeceremos!
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...