sábado, 1 de marzo de 2014

Publicando en Amazon.

O, lo que es lo mismo, autopublicándonos, que es casi la única alternativa que nos queda a los autores noveles para ver nuestro libro impreso (la otra alternativa es tirarnos por un precipicio, pero eso no va a solucionar nada, podéis creerme).

Los seguidores habituales del blog habréis notado cómo ahora sigo estando desesperada, pero al menos ya tengo mis novelas publicadas, lo que da una gran satisfacción personal, aunque dinero, no mucho... al menos de momento. Dicen que es cuestión de paciencia... y moverte un poco, porque si no publicitas, no haces contactos, no haces... algo, poco vas a vender. Aunque, yo, con mi habitual visión pesimista de la vida, he de decir que dudo mucho que moverse sirva para algo, viendo lo que he visto en algunas redes sociales y en el propio foro de Amazon para escritores desesperados, donde pocos hay que digan “¡Qué pelotazo ha sido publicar en Amazon!” Pero bueno, al menos nos ha salido gratis (o casi), y no hemos tenido que aceptar las irrisorias (irrisorias por no ponerte a llorar) ofertas que hacen algunas editoriales a los que estamos empezando.

En realidad, llevo con ganas de despotricar sobre las editoriales desde que abrí el blog, pero como entonces no tenía muy claro qué iba a pasar y aún tenía la remota esperanza de que alguna editorial se interesaría por mi magnífica obra, me parecía un poco como cavar mi propia tumba... o mejor, morder la mano del que me iba a dar de comer. Ahora, francamente, ya me da igual. He decidido retomar mi espíritu rebelde (lo cierto es que no lo perdí nunca... si acaso se hace más fuerte con los años) y despotricar contra quien haga falta. Después de todo parece que el rollito Risto Mejide suele tener éxito en la televisión, a pesar de que a mí ese tipo no me termina de caer nada bien, sea o no un personaje que se ha montado. Como muchas otras cosas en la vida, parece que todo se reduce a estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado... y con los padrinos adecuados. Aunque... si he de ser sincera, a mí me da igual llegar a diez lectores o llegar a diez millones. Ya sé que no me voy a hacer rica con esto, o al menos, la probabilidad de hacerme rica escribiendo es la misma que la probabilidad de que me toque la lotería o la de encontrar un trabajo decente en España en estos momentos. Con que esos diez lectores disfruten leyendo lo que escribo, me es suficiente. Y la independencia tiene un precio, además de ser algo solitaria...


Pero no quería ponerme muy negativa hoy, que ya llevo negatividad suficiente en mis entrañas como para construirme mi propio infierno. Hoy solo quería contar cómo ha sido el proceso de publicar mis novelas y animar a todos los escritores desesperados que caigan por aquí a hacer lo mismo con sus obras. Primero, porque aprendes y creces un montón como escritor durante el proceso, si lo haces bien y con responsabilidad. Y segundo, porque el resultado merece mucho la pena, consigas venderlo o no.

Todo empezó cuando, visto el entusiasmo desmedido que habían mostrado la veintena de editoriales a las que había enviado mis manuscritos, decidí tirarme a la piscina y hacerlo yo misma. Yo misma de verdad... porque antes de considerar esta opción, tienes la de engañabobos de las susodichas editoriales que te hacen una estupenda oferta de “autopublicación” que consiste nada más y nada menos en gastarte medio sueldo (bueno, casi un sueldo ahora que cada vez ganamos menos) en editar los libros que quieras para que luego te los envíen en una bonita caja de cartón y te los comas todos con patatas. Para ello intentan aprovecharse de tu desmesurada ilusión por ver tu libro publicado, porque ellos piensan que ésa es la ilusión de todo escritor... cuando no, señores editores: la ilusión de todo escritor es ganarse la vida escribiendo. Esto, llevo comprobado ya en varias vidas, es solo un sueño utópico que muy pocos alcanzan (me imagino que hay un calvo como el de la lotería que te va tocando con una varita mágica y operando el milagro)... pero bueno, por intentarlo que no quede. Eso sí, yo recomendaría que te andes ojo avizor y que no se te ocurra doblar las rodillas ante ese tipo de ofertas, solo porque “tu ilusión es ver tu libro publicado”.   

Así que, al final solo te queda hacerlo tú mismo. He de decir que no es tremendamente fácil, pero sí que es más fácil que escribir una novela de quinientas páginas, eso está claro. Y, aunque con sus luces y sus sombras, hay que reconocer que la plataforma de Amazon CreateSpace (y supongo que habrá más, si no ahora, ya surgirán en el futuro) nos lo pone bastante fácil si nunca has creado tu propia portada o nunca has formateado tu propio libro. No voy a poner las páginas que yo utilicé como base, con un montón de consejos útiles, porque con una sencilla búsqueda en internet podéis encontrar toneladas de información... y además luego me di cuenta de que en el propio CreateSpace ya tenía todo lo que necesitaba (o casi). Así que adelante, solo tenéis que abriros una cuenta y empezar... siempre que tengáis el libro bien acabado, corregido y releído al menos doscientas veces, y unas cuantas más por lectores invitados como un hermano o un amigo que se haya presentado voluntario (cualquiera sirve siempre que no le importe poner tu libro a caer de un burro, preferimos la sinceridad a que no digan lo que piensan por no quedar mal). Vale, esto depende del nivel de perfeccionismo de cada uno, y yo soy muy perfeccionista. Además siempre se me dio bien la redacción y la ortografía... recuerdo que cuando era niña me dijeron que escribía oraciones muy largas, eso fue lo peor que me dijeron. Y a veces lo sigo haciendo, solo por llevar la contraria... aunque luego cuando lo reviso al final claudico y sustituyo comas por puntos, porque reconozco que a veces se hace difícil seguir el hilo. Se me olvidaba que también es conveniente que tu libro esté inscrito en el Registro de la Propiedad Intelectual que más cercano te quede de casa... porque siempre puede ocurrir que no te hayas dado cuenta del enorme potencial de lo que has escrito y que algún caradura se lo quiera atribuir como propio, con el sudor y las lágrimas que te ha costado sacar todo eso de dentro.

Ah, no he dicho que antes de llegar a CreateSpace, mi idea era publicar las novelas solo en formato electrónico. De hecho, ni siquiera había pensado en Amazon. La idea era subirlo de alguna forma a mi blog para que los lectores pudieran adquirirlo por un módico precio. Esto exigía hacer determinados arreglos informáticos que no controlaba bien... y eso de “subirlo” a la red no me daba muy buenas garantías en cuanto a la piratería. Pero cuando empecé a investigar, encontré lo de los libros electrónicos de Amazon, y más adelante a una autora de novela romántica que hablaba muy bien de CreateSpace... y por otra parte, yo siempre he pensado que muchos lectores siguen prefiriendo el libro en papel, mi ilusión era tener el libro en mis manos, no un archivo pdf, que para eso ya tengo el mío (y mucho más bonito), y además, al estar disponible en dos formatos, tendría más posibilidades de darle salida. Leí que era algo más complicado... pero no, la verdad es que cualquiera puede hacerlo, aunque al principio te suponga unos pocos quebraderos de cabeza. Así que al final decidí probar.


Básicamente, lo primero que tienes que hacer es elegir el tamaño del libro y el acabado de la portada. Luego subes el interior y ellos te lo corrigen casi al momento. Puedes descargarte unas plantillas en función del tamaño y ahí copias tu texto. Y si quieres puedes añadir algunos adornos básicos a poco que sepas del Word. Cuanto más básicos mejor, sobre todo si quieres publicarlo luego en ebook, porque ahí todos esos adornos solo te van a molestar y tendrás que quitarlos. Pero bueno, para mí lo más importante era el libro impreso, así que no me compliqué mucho pero al menos le puse unas fuentes chulas. Y a pesar de lo perfeccionista que soy, me tocó corregir algunas erratas y volverlo a enviar unas cuantas veces, así que el resultado final depende solo de lo precipitado/descuidado/vago que seas y de tu nivel de exigencia. Yo esto lo cuidaría mucho porque por algo queremos que nos consideren profesionales, y porque pienso que la calidad de los libros autopublicados es fundamental a la hora de que los lectores los valoren o no, pero bueno, esto escapa a mi control, así que cada uno actúe como crea conveniente.

El diseño de la portada es sin duda lo más complicado. Si no te gusta nada el diseño o eres muy torpe manejando programas informáticos tipo Photoshop o GIMP, es mejor que se lo encargues a alguien. Yo me descargué el GIMP y me busqué la vida, así directamente. Las primeras portadas que hice fueron siguiendo las indicaciones de alguien en su blog para libros en formato electrónico... pero básicamente me sirvieron para lo que pedían luego en CreateSpace. Durante el transcurso de una semana estuve probando y probando, averiguando cómo se utilizaba el programa, porque nunca antes había utilizado nada similar. Me busqué unas fotos acordes con el contenido de la novela, y conseguí acabar varias portadas. Como poco a poco mi técnica iba mejorando, y además caí en la cuenta de que no podía utilizar cualquier foto, sino solo aquellas sin copyright, a no ser que consiguiera el permiso del autor, tuve que cambiarlas varias veces. Pero creo que al final el resultado ha merecido la pena. Para alguien que nunca había hecho portadas antes, no están mal, ¿no? Aunque, claro, también es cierto que poseo un sentido artístico innato que muchos quisieran para sí... (es broma).

Una vez que los de CreateSpace dan su visto bueno, que es todo bastante rápido, tienes que volver a revisarlo online, y si quieres, pedir una prueba impresa por si hay algún error que se te haya pasado desapercibido... y sí, por muy bien que creas que lo hayas hecho, siempre hay alguno. Esto es lo que más tiempo lleva. Tanto que mientras esperaba a recibir el libro (me pilló en medio de las fiestas navideñas y por eso se retrasó un poco más), aproveché para publicarlo en formato electrónico, que ya no tiene nada que ver, porque es mucho más fácil y rápido. La portada te sirve igual, y en el interior solo tienes que eliminar todos los adornos innecesarios... aunque ellos mismos lo adaptan y tal vez no tengas ni que tocarlo. ¡Y ya está! Ahora a esperar que alguien se interese... el marketing es aburrido y no voy a aprender nunca, así que de eso no voy a decir nada.


La emoción al recibir el libro por fin impreso es indescriptible... Cuando recibí mi primera prueba de “La Operación Fantasma”, el tamaño de la letra me pareció un poco pequeño... y como por ese entonces había recibido respuesta de un ilustrador diciendo que podía utilizar su dibujo sin problemas (se había retrasado un poco y por eso había enviado esa otra portada), decidí cambiarlo todo otra vez: agrandé el tamaño de la letra, y le puse una nueva espectacular portada... Aún no sé cómo habrá quedado, pero estoy segura de que cuando la vea se me van a caer las... bueno, algo se me va a caer. Mientras, esto es lo que podéis ver: miradlo bien porque puede que dentro de veinte años sea un preciado tesoro de coleccionista y alcance un precio desorbitado en ebay, ya que va a ser el único ejemplar existente de “La Operación Fantasma” con una portada alternativa.



Y, a pesar de ser la segunda novela, recibir “La Espiral de Marfil” fue aún más emocionante. Como ya me sabía lo de la letra, la puse con el tamaño adecuado desde el principio, y la portada parece aún más profesional... estoy realmente orgullosa del resultado:




Y esto es todo... Estoy deseando firmar ejemplares en la próxima Feria del Libro, así que si no me patrocina nadie, no sé, a lo mejor me monto mi propio puestecillo de estrangis y aguanto hasta que la poli me eche... Eso sí, tendréis que encargarme antes los libros o traeros el vuestro propio para que yo os lo dedique.

Y si hay algún escritor desesperado por ahí que quiera contratarme para hacer su portada o corregir su manuscrito, que me deje su dirección de correo electrónico y quizá podamos llegar a un acuerdo. No soy el equipo A pero soy casi igual de multifacética...

Los que quieran leer mis novelas, las tenéis aquí.

Y si queréis echar una mano a un grupo de Indies desesperados, visitad LetraHeridos y leed (y comentad en Amazon) alguna novela. ¡Os lo agradeceremos!

2 comentarios:

  1. ¡ Cómo me suena todo eso! Lo que yo no he hecho ha sido escribir a una veintena de editoriales... bueno... ni siquiera he escrito a la primera. No sé si eso me convierte en un escritor más o menos desesperado, jeje; pero seguro que hace todavía más cenizo que alguna que yo me sé.
    Lo cierto es que ya tengo ganas de hincarle el diente a tus libros, pero de momento tengo a dos LetraHeridos muy desesperados delante. Y por cierto, gracias por mencionarnos, mi querida LetraHerida (¿muy?) desesperada.

    Un abrazo y suerte.

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  2. 484 páginas, eso sí que es una frase larga! jajajjajaja Ojalá lo vea aquel profesor q decía eso
    Lo acabo de recibir, calentito, qué presentación tan bonita, estoy deseando hincarle el diente. Enhorabuena!

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